El ventanal de B’atz’
Desciende una vertical gota sinuosa
por la ventana embriagada de
poderosos cielos y madres verdes.
Para enfrentar mis trópicos desciende
cual lagrimal hábito de humanidad.
Bella, cristalina, un poco absurda
esta mágica luciérnaga me guiña absoluta,
se hace miles colgando de las ramas…
De pronto el sol se impone y nos quedamos
ocultas, invisibles, disminuidas, como
en vano. Incluidas nos quedamos.
El énfasis de lo creado está en B’atz’.
Devolución agradecida a Casa/Estudio B’atz’
Coincidencias. Fortuitas, sorprendentes y hasta podríamos decir castas, me trajeron en el cuarto mes de mi regreso al país, a Casa/Estudio B’atz’.
El arte de escribir los intrincados afanes humanos para embellecer nuestras limitadas consciencias en la misma medida que a cada minuto se destruye y crea, se disuelve y forma, se deshace y hace toda ínfima idea de existencia personal o colectiva vinculándose más allá del conocimiento propio, es un innumerable hecho continuo… que me obstina arduamente. Es la libre pasión que me genera.
Del mismo modo, ardua, cuidadosa, por momentos colosal, es la determinación de Graciela De Oliveira en su misión de coordinar esta maravillosa casa-residencia para que los insatisfechos necesitados de integrar el espíritu del arte a la arquitectura humana y mejorar su historia en todas las áreas (sociales, políticas, filosóficas, etc.), puedan, podamos, re-unir experiencias y transmutarlas esencial, estética y éticamente. Aquí, esa fascinante utopía creadora funciona. Aquí se demuestra aquella ideal teoría en práctica.
Residir en Casa/Estudio B’atz’, es una cotidiana y dinámica fundación de multidisciplinarios activos en todos sus componentes naturales. Según la consigna artística, personas que traen consigo sus propios tesoros culturales para intercambiar y enriquecer se abrazan armónicamente por el medio ambiente con dignidad poética en la fortaleza de la vulnerable flexibilidad humana.
En siete meses de estadía gentil y laboriosa escritura, dos libros se convirtieron en capítulos de uno. Su título es “El lago de las mitologías” y sus dos capítulos: “Valldemossa” y “B’atz’”.
Me marcho sin irme, porque llevo conmigo este aquí querido, donde mis versos y mis sueños, seguirán escribiéndose en ánimo honorable.
La casa-residencia-de-la-belleza, cuenta con mi ser y sé que viceversa. Ella está entre los mejores azares de la condición humana.
Con gratitud,
Beatriz A. Pellegrino (mayo 2015)
beapellegrino.blogspot.com.es